domingo, julio 29, 2007

[AP] UN TOUR POR EL TURISMO


UN TOUR POR EL TURISMO
elPAIS.COM
MARIANO DE SANTA ANA

28/07/2007


"Aunque cada día el turismo aumenta, no existe una mirada que lo analice desde las ciencias sociales y culturales. Babelia empieza hoy una serie que explorará desde la historia del arte, la arquitectura y la antropología esta experiencia viajera y su conexión con lo descubierto."

Segalen llamaba a sus adeptos "proxenetas de la sensación de lo diverso" y Lévi-Strauss lo describía como "una fermentación de hedores sospechosos que mortifica nuestros deseos y hace que nos consagremos a recoger recuerdos semicorruptos". Desde su aparición, el turismo apenas ha recibido atención de parte de las ciencias sociales y la crítica cultural y cuando éstas se la han dispensado ha sido casi siempre de pasada y con desdén, como correspondería a una costumbre propia de seres carentes de gusto y capacidad de discernimiento, opuesta a la sofisticada cultura del viajero. Ansiosos de obtener mediante el desplazamiento geográfico una confrontación entre el yo y la Naturaleza o el yo y la Cultura -en una ecuación de la que la Sociedad habría desaparecido-, a muchos intelectuales lo que les molesta en realidad son las vacaciones de los demás. En un pasaje sobre el escritor exotista Pierre Loti de El grado cero de la escritura, Roland Barthes habla de "la irresponsabilidad ética del turista (que es simplemente un nativo de viaje)", pero ¿qué es el propio Barthes inmerso en su papel de exégeta complacido durante su viaje a Japón sino un turista? ¿Cómo llamar a Ernst Jünger, autor de esa feroz disección de la sociedad burguesa que es El trabajador, cuando leemos en sus diarios de los setenta la anotación sobre su "excursión platanera" en Gran Canaria, confortablemente instalado en su autobús mientras la guía recita por el micro las excelencias del paisaje insular? ¿Existe una única y genuina experiencia turística? Sabemos poco de este impulso que desde hace casi dos siglos forma parte del drama universal de lo moderno y que, si no lo es ya, será pronto su máximo exponente, la primera industria mundial.

Tensiones entre lo local y lo global, extinción de todo vestigio de naturaleza intacta, pérdida del sentido histórico, hegemonía de la imagen en la articulación de lo social, conquista total del tiempo de ocio por las relaciones de producción capitalista. Pese a que pocos pensadores se han decidido aún a adentrarse en esta senda trillada por millones de personas, el turismo es el escenario que mejor resume las contradicciones de las sociedades tardomodernas, un fenómeno que en los próximos años seguirá creciendo vertiginosamente. Conformarse sólo con enfoques estrictamente economicistas del turismo -éstos si abundan- es pues un reduccionismo aberrante y limitarse a condenarlo con juicios morales un gesto estéril, "un lujo empobrecido", como diría Fredric Jameson, que la visión histórica no se puede permitir.

¿Ha sustituido el espacio al tiempo en el impulso utópico moderno? ¿Cabe hacer distinciones rígidas entre el adentro y el afuera de la experiencia turística en un mundo telematizado? ¿Es el turismo la vanguardia de la construcción social de la realidad? ¿Es una cárcel de signos? ¿Cabe seguir manteniendo la dicotomía entre el discurso del lugar para ser para todos y la realidad del acceso válido para unos pocos? ¿Hay posibilidades de resistencia en la cultura de masas? ¿Cuáles son los elementos esenciales y los límites de una cultura? ¿Son equiparables los estragos de la industria del viaje y los deseos de los turistas? ¿Es el turista una figura indisociable del inmigrante? ¿Necesitamos teorías que se zambullan en la experiencia? ¿Teorías que tomen plenamente en cuenta la contradicción, la paradoja, la ironía y la incertidumbre irreductibles en la explicación de las actividades humanas? ¿Teorías viajeras?

Autores como Georges Ritzer, James Clifford, Zygmunt Bauman y, muy especialmente, John Urry y Dean MacCannell son indispensables para salirle al paso a estas preguntas y formular otras nuevas. Curiosamente todos ellos pertenecen al ámbito anglosajón. España, pese a que según diversos indicadores es la segunda potencia turística mundial, apenas ha producido al respecto aportaciones de relieve. Desde la asunción de esta circunstancia, esta serie que se extenderá hasta finales de agosto en las páginas de Babelia, con textos generados desde los dominios disciplinares de la historia del arte, la arquitectura y la antropología, pretende contribuir a la inversión de esta tendencia escrutando a ese sujeto que abarrota nuestras playas y que unas veces se abandona plácido a la flotación de la realidad y otras veces se perturba cuando sospecha que "se borra como en los límites del mar un rostro de arena".

[Mariano de Santa Ana es historiador del arte, editor del libro Paisajes del placer, paisajes de la crisis: el espacio turístico canario y sus representaciones (Fundación César Manrique, 2004).]

links
elpais.com
http://www.elpais.com/articulo/arte/tour/turismo/elpepuculbab/20070728elpbabart_1/Tes

Jose Llano
Editor aparienciapublica
www.aparienciapublica.org
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