MATTA contra MATTA
mattam
En un articulo que avanza de alguna manera la exposicion monografica de GORDON MATTA CLARK en el MNBA 2009 (sala MATTA), publicado en la revista EL SABADO del diario El mercurio, y con fuente directa como Jane Crawford, viuda de Gordon. Extraere comentarios de Jane en relacion a como era el vinculo con Roberto MATTA. Extractos de un contenido que no mensura pero permite en breves lineas, por su fuente entender a partes situaciones de GMC (periodista Andrea Munoz) :
1. FAMILIA
Matta-Clark había irrumpido con fuerza en la escena neoyorquina durante los años 60 y 70, configurándose como uno de los principales referentes del arte de esa época. En 1975 fue invitado a París para realizar un proyecto, auspiciado por la misma Bienal de aquella ciudad. Ésta autorizó al artista a perforar un edificio aledaño al sitio donde se construiría el museo de Pompidou. En el costado de éste, Matta-Clark realizó una serie de cortes circulares, que se sucedían unos a otros a través de las paredes de la construcción. La crítica, los diarios y los mismos transeúntes –quienes incluso se desviaban de su camino con tal de pasar por la zona donde trabajaba Gordon– amaron aquella acción de arte. Todos, salvo su padre. Durante una comida, éste le comentó a su hijo que ya era hora de que se "pusiera serio" y le dijo que había arreglado todo para que comenzara a trabajar con uno de sus amigos arquitectos.
"Yo, siendo una gringa muy mal educada, le dije: '¿Acaso no se da cuenta de que su hijo es un artista? Él no necesita un trabajo como arquitecto, ¡es un artista!'. Matta, mirando a Gordón, replicó: 'Dios mío... estás con una norteamericana. ¡Cómo pudiste!'. Y entonces yo le contesté: 'Bueno, pues usted se casó con dos estadounidenses"', recuerda Jane.
Roberto Matta, mirándola fijamente, le respondió: "Sí, pero nunca me gustaron".
Una de las mujeres que "nunca le gustaron" a Roberto Matta era la misma Anne Clark, su primera mujer y la madre de los dos primeros hijos del artista: Gordon y Sebastián, quienes eran mellizos. Éstos tuvieron que acostumbrarse rápido a las ausencias paternas, y fue Gordon, desde pequeño, quien tuvo que tomar las riendas de su familia y de sí mismo. Cuando era niño, contrajo tuberculosis y tuvo que viajar a Suiza para recuperarse. Según Jane, él mismo se encargó de reservar sus pasajes. Tenía seis años.
Él se preocupaba constantemente por Batan, como le decían a su mellizo, quien sufría severos problemas psicológicos. "Fue muy difícil para Gordon, porque él era muy extrovertido y gregario, mientras que su hermano era tímido, le costaba hacerse de amigos y no le iba bien en el colegio. Se sentía responsable de él", cuenta Jane. Los problemas de Batan recrudecieron con el tiempo, hasta que finalmente murió antes de cumplir los 34 años. Ese día, los mellizos y Jane quedaron de juntarse a comer. Mientras Crawford se encontraba trabajando, Gordon estaba con su hermano en su departamento, que quedaba en un sexto piso. Tuvo que salir por un momento. Cuando volvió, un grupo de personas rodeaba el espacio justo debajo de su ventana. Había un policía, una ambulancia.
"Vio a su hermano muerto en la calle y eso lo hizo trizas. Se sentía tan mal por haberlo dejado solo y no haberlo cuidado adecuadamente", recuerda Jane. En su ausencia, Batan había estado al lado de la ventana tomando los recados telefónicos de Gordon, y su escritura, a medida que avanzaba la página, se iba convirtiendo en rayas. "Probablemente estaba parado o sentado ahí, y simplemente cayó", reflexiona Crawford. Nunca quedó claro si se trató o no de un suicidio.
Gordon murió dos años después, de un cáncer de páncreas.
2.POLITICO
Se ha dicho que el trabajo más famoso de Matta-Clark, "Splitting" (1974), es un símbolo de su propia historia familiar. En aquella obra, el artista tomó una sierra y cortó una casa de dos pisos ubicada en New Jersey; la vivienda quedó dividida en dos partes prácticamente simétricas. Adam D. Weinberg, en el catálogo de la exposición que se realizó el año pasado en el Whitney Museum of American Art en Nueva York, sugiere que la obra refleja su propia experiencia: como mellizo, y como hijo de una familia quebrada.
Jane Crawford propone una lectura diferente. Según ella, la obra alude no a la vida de Gordon, sino a lo que ocurría en New Jersey, una zona que en aquel tiempo se había empobrecido rápidamente. "La comunidad pobre de trabajadores que ahí vivía fue separada de la de la gente más acomodada, a la que conocían por muchos, muchos años", resume Crawford.
Las obras de Matta-Clark tenían un profundo sentido de contingencia, al igual que las de su padre. Durante los años 70, Nueva York estaba lejos de ser el centro económico que es hoy. Proliferaban los indigentes, y la ciudad se volvió un basural. En ese contexto, Matta-Clark decidió construir murallas con los desperdicios que encontraba. Su idea era que los sin techo las ocuparan para protegerse, y les enseño cómo ellos mismos podían fabricarlas.
"Él amaba la idea del artista como alquimista: tomar algo que todos despreciaban y transformarlo en otra cosa que fuera bella, o tal vez, útil", reflexiona Jane. Fue precisamente con ese espíritu que Gordon emprendió su proyecto "Days end". Tomó un galpón abandonado en la zona de los muelles de Nueva York, y en aquel sitio fantasma que sólo atraía a los sin techo, el artista decidió construir un parque público. Durante tres meses realizó un enorme corte con forma de medialuna, al lado oeste de la bodega. El resultado fue el siguiente: cada tarde, cuando el sol se ponía sobre la ciudad, los últimos rayos de luz atravesaban la abertura hecha por el artista, iluminando por unos segundos el oscuro interior del galpón.
"Las personas que vivían en el sector y que visitaron la obra estaban encantadas. Finalmente alguien se había fijado en ellos y les había regalado un parque y un lugar de encuentro", relata Crawford. Sin embargo, a las autoridades locales no les hizo tanta gracia y, debido a que el edificio era público y Matta-Clark no contaba con los permisos para perforarlo, dictaron una orden de arresto en su contra. A él lo calificaron de "vándalo" y a su obra, de "crimen", y el artista terminó huyendo a Francia. "Sus propios amigos, que también eran artistas, no sabían si su arte era serio o no; no sabían cómo reaccionar", recuerda Jane.
No fue la primera vez que Gordon dejó a alguien perplejo. Aunque vivieron lejos y se vieron poco, el hijo heredó parte de la irreverencia que caracterizaba a su padre. Una noche invitó a un grupo de artistas de vanguardia a comer a su casa. Estuvo horas preparando el menú: un pescado completo al horno que luego sumergió en jalea. Cuando los invitados se sentaron a la mesa, Gordon colocó el plato sobre una bandeja y comenzó a moverla. El pescado parecía estar nadando en la gelatina, tal como si estuviera vivo. Todos quedaron con la boca abierta, y terminaron pidiendo un pollo que hace unos días había cocinado Jane. "Resulta que hasta los artistas más liberales terminan siendo bastante más conservadores cuando se trata de su comida", recuerda entre risas la mujer.
1. FAMILIA
Matta-Clark había irrumpido con fuerza en la escena neoyorquina durante los años 60 y 70, configurándose como uno de los principales referentes del arte de esa época. En 1975 fue invitado a París para realizar un proyecto, auspiciado por la misma Bienal de aquella ciudad. Ésta autorizó al artista a perforar un edificio aledaño al sitio donde se construiría el museo de Pompidou. En el costado de éste, Matta-Clark realizó una serie de cortes circulares, que se sucedían unos a otros a través de las paredes de la construcción. La crítica, los diarios y los mismos transeúntes –quienes incluso se desviaban de su camino con tal de pasar por la zona donde trabajaba Gordon– amaron aquella acción de arte. Todos, salvo su padre. Durante una comida, éste le comentó a su hijo que ya era hora de que se "pusiera serio" y le dijo que había arreglado todo para que comenzara a trabajar con uno de sus amigos arquitectos.
"Yo, siendo una gringa muy mal educada, le dije: '¿Acaso no se da cuenta de que su hijo es un artista? Él no necesita un trabajo como arquitecto, ¡es un artista!'. Matta, mirando a Gordón, replicó: 'Dios mío... estás con una norteamericana. ¡Cómo pudiste!'. Y entonces yo le contesté: 'Bueno, pues usted se casó con dos estadounidenses"', recuerda Jane.
Roberto Matta, mirándola fijamente, le respondió: "Sí, pero nunca me gustaron".
Una de las mujeres que "nunca le gustaron" a Roberto Matta era la misma Anne Clark, su primera mujer y la madre de los dos primeros hijos del artista: Gordon y Sebastián, quienes eran mellizos. Éstos tuvieron que acostumbrarse rápido a las ausencias paternas, y fue Gordon, desde pequeño, quien tuvo que tomar las riendas de su familia y de sí mismo. Cuando era niño, contrajo tuberculosis y tuvo que viajar a Suiza para recuperarse. Según Jane, él mismo se encargó de reservar sus pasajes. Tenía seis años.
Él se preocupaba constantemente por Batan, como le decían a su mellizo, quien sufría severos problemas psicológicos. "Fue muy difícil para Gordon, porque él era muy extrovertido y gregario, mientras que su hermano era tímido, le costaba hacerse de amigos y no le iba bien en el colegio. Se sentía responsable de él", cuenta Jane. Los problemas de Batan recrudecieron con el tiempo, hasta que finalmente murió antes de cumplir los 34 años. Ese día, los mellizos y Jane quedaron de juntarse a comer. Mientras Crawford se encontraba trabajando, Gordon estaba con su hermano en su departamento, que quedaba en un sexto piso. Tuvo que salir por un momento. Cuando volvió, un grupo de personas rodeaba el espacio justo debajo de su ventana. Había un policía, una ambulancia.
"Vio a su hermano muerto en la calle y eso lo hizo trizas. Se sentía tan mal por haberlo dejado solo y no haberlo cuidado adecuadamente", recuerda Jane. En su ausencia, Batan había estado al lado de la ventana tomando los recados telefónicos de Gordon, y su escritura, a medida que avanzaba la página, se iba convirtiendo en rayas. "Probablemente estaba parado o sentado ahí, y simplemente cayó", reflexiona Crawford. Nunca quedó claro si se trató o no de un suicidio.
Gordon murió dos años después, de un cáncer de páncreas.
2.POLITICO
Se ha dicho que el trabajo más famoso de Matta-Clark, "Splitting" (1974), es un símbolo de su propia historia familiar. En aquella obra, el artista tomó una sierra y cortó una casa de dos pisos ubicada en New Jersey; la vivienda quedó dividida en dos partes prácticamente simétricas. Adam D. Weinberg, en el catálogo de la exposición que se realizó el año pasado en el Whitney Museum of American Art en Nueva York, sugiere que la obra refleja su propia experiencia: como mellizo, y como hijo de una familia quebrada.
Jane Crawford propone una lectura diferente. Según ella, la obra alude no a la vida de Gordon, sino a lo que ocurría en New Jersey, una zona que en aquel tiempo se había empobrecido rápidamente. "La comunidad pobre de trabajadores que ahí vivía fue separada de la de la gente más acomodada, a la que conocían por muchos, muchos años", resume Crawford.
Las obras de Matta-Clark tenían un profundo sentido de contingencia, al igual que las de su padre. Durante los años 70, Nueva York estaba lejos de ser el centro económico que es hoy. Proliferaban los indigentes, y la ciudad se volvió un basural. En ese contexto, Matta-Clark decidió construir murallas con los desperdicios que encontraba. Su idea era que los sin techo las ocuparan para protegerse, y les enseño cómo ellos mismos podían fabricarlas.
"Él amaba la idea del artista como alquimista: tomar algo que todos despreciaban y transformarlo en otra cosa que fuera bella, o tal vez, útil", reflexiona Jane. Fue precisamente con ese espíritu que Gordon emprendió su proyecto "Days end". Tomó un galpón abandonado en la zona de los muelles de Nueva York, y en aquel sitio fantasma que sólo atraía a los sin techo, el artista decidió construir un parque público. Durante tres meses realizó un enorme corte con forma de medialuna, al lado oeste de la bodega. El resultado fue el siguiente: cada tarde, cuando el sol se ponía sobre la ciudad, los últimos rayos de luz atravesaban la abertura hecha por el artista, iluminando por unos segundos el oscuro interior del galpón.
"Las personas que vivían en el sector y que visitaron la obra estaban encantadas. Finalmente alguien se había fijado en ellos y les había regalado un parque y un lugar de encuentro", relata Crawford. Sin embargo, a las autoridades locales no les hizo tanta gracia y, debido a que el edificio era público y Matta-Clark no contaba con los permisos para perforarlo, dictaron una orden de arresto en su contra. A él lo calificaron de "vándalo" y a su obra, de "crimen", y el artista terminó huyendo a Francia. "Sus propios amigos, que también eran artistas, no sabían si su arte era serio o no; no sabían cómo reaccionar", recuerda Jane.
No fue la primera vez que Gordon dejó a alguien perplejo. Aunque vivieron lejos y se vieron poco, el hijo heredó parte de la irreverencia que caracterizaba a su padre. Una noche invitó a un grupo de artistas de vanguardia a comer a su casa. Estuvo horas preparando el menú: un pescado completo al horno que luego sumergió en jalea. Cuando los invitados se sentaron a la mesa, Gordon colocó el plato sobre una bandeja y comenzó a moverla. El pescado parecía estar nadando en la gelatina, tal como si estuviera vivo. Todos quedaron con la boca abierta, y terminaron pidiendo un pollo que hace unos días había cocinado Jane. "Resulta que hasta los artistas más liberales terminan siendo bastante más conservadores cuando se trata de su comida", recuerda entre risas la mujer.
LA ÚLTIMA VISITA
Ambos, padre e hijo, tenían arranques inesperados. La última visita que Roberto le hizo es un buen ejemplo. El cáncer de Gordon ya estaba avanzado, y Matta decidió viajar a Estados Unidos para verlo. Puso ciertas condiciones: no quería saber de fotógrafos ni periodistas, por lo que les hizo jurar, tanto a Gordon como a Jane, que mantendrían el secreto. La pareja estuvo de acuerdo. Pero cuando el pintor se bajó del avión y vio que no había ninguna cámara esperándolo, hizo un gesto de desagrado y exclamó: "Esto es tan aburrido, tendremos que armar una fiesta". Intentaron explicarle que Matta-Clark no se sentía bien, pero él insistió: "Bueno, entonces tendrán que casarse". Al día siguiente la pareja contrajo matrimonio.
Dos meses después, la enfermedad de Gordon no dio tregua. Antes de morir quiso conectarse por última vez con su padre. Así lo recuerda Jane:
"Habiéndoles dicho adiós a todos sus amigos que lo acompañaban en el hospital, Gordon serenamente se negó a morir antes de despedirse de su padre. Lo llamé a Europa para decirle que ya era el momento. Puse el teléfono al oído de Gordon y Matta le habló. Cuando terminó, colgué. Gordon me miró y sonrió. Luego murió".
Jose Llano
Arquitecto Independiente
Arquitectura de Archivo & Diseñador de Delitos
editor aparienciapublica
www.aparienciapublica.org
http://aparienciapublica
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AMERICA has a rest, where you want to be
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