entrevista de REM KOOLHAAS & BEATRIZ COLOMINA a MARTHA STEWART
Publicado en el libro Content, bajo el título: “Basta de sorpresas: Edición Global con Martha Stewart”.
Rem Koolhaas: En tu artículo “Porqué abandoné Westport”, que apareció en el New York Times Magazine, decías: “la casa está subutilizada”. La palabra subutilizar es muy interesante cuando se usa en relación con la casa, porque, de alguna manera, el suburbio americano está subutilizado. ¿Cuál es la conexión entre la subutilización de la casa y tu increíble éxito con los temas del hogar? ¿En algún punto, sos la respuesta a ese fenómeno?
Martha Stewart: Las casas que más me gustan están completamente llenas y tienen mucha actividad. Los espacios pequeños y confortables me parecen mejores que las grandes casas, que difícilmente se llegan a usar. Por confortable quiero decir lleno de libros y de cosas que la gente usa. En la cocina de mi hermana hay tres computadoras, una máquina de coser, hilos, moldes, animales, el horno y los olores de la comida. Ese es mi tipo de ambiente preferido.
Beatriz Colomina: Entonces, confortable para vos es que esté completo.
Martha: Exacto.
Rem: Mezclar.
Martha: Sí. Por eso me gusta la cocina, que no es sólo para cocinar, es para todo, es el centro del hogar. En mi nueva granja diseñé una casa de tres ambientes: el dormitorio arriba, el estar en el medio y la cocina en la planta baja. Mi nuevo departamento en Nueva York tiene sólo dos ambientes – dos pisos en realidad – pero dos ambientes. La casa de Gordon Bunschaft que estoy refaccionando tiene tres ambientes. Una casa con tres ambientes – eso es todo lo que quiero. Me sienta bien, y encaja con mi estilo de vida.
Rem: Pero ya mencionaste ocho ambientes. Cada casa es pequeña, pero vivís en ocho ambientes.
Martha: ¡Pero Rem, mis casas son mis laboratorios; tengo que tenerlas! Y todas son de diferentes estilos, entonces puedo experimentar el modo de vida moderno en una casa de 1800, una de 1925, una de 1960, y una del 2001. La casa de Bill Gates, por ejemplo, ahora está totalmente superada; la construyó justo antes que apareciera lo inalámbrico. Ya no necesita más esos grandes conductos para cables.
Beatriz: Entonces está envejeciendo más rápido que casas más viejas.
Rem: ¿Qué dirías que ha cambiado en la vida doméstica en los últimos veinte años?
Martha: El gran desafío fue incorporar tecnología en la casa. Es muy difícil cablear una casa antigua.
Rem: Me interesa no sólo la manera en que vivís, si no también porqué tanta gente quiere aprender de vos.
Martha: Estuvimos editando, editando y editando lugares para vivir. Eso es lo que hacemos. Ahora los decoradores famosos dicen: “Queremos el Estilo de Martha!”. Sacamos lo innecesario, lo excesivo, las cortinas pesadas.
Beatriz: Es una especie de simplificación.
Martha: Podés llamarlo simplificación, yo prefiero llamarlo edición.
Beatriz: Lo moderno es la eficiencia que hay.
Martha: Es moderno, pero puede ser de cualquier época. Puede ser sueco del siglo XIX, francés, early american, pero no está desordenado ni lleno ni sobre-decorado. Queremos que cada objeto sea importante. Puedo ir a un cuarto y simplemente sacar cosas.
Rem: Sí, pero el habitar, tradicionalmente, no estaba editado. Y describís la cocina de tu hermana como un prototipo de lugar no editado. Sin embargo sos una gran editora y muy exitosa.
Martha: La gente se da cuenta que dentro de ese espacio editado puede haber vida. Los cuartos que aparecen en mi programa de televisión no parecen vacíos, siempre hay gente o signos de gente. Construimos los sets como habitaciones de verdad, con animales de verdad, plantas de verdad, y cuando abrís una canilla hay agua. Las escenografías funcionan, son copias ampliadas de los lugares donde vivo.
Rem: ¿Cómo se altera tu privacidad cuando tus publicaciones muestran algunos de tus espacios más privados?
Martha: Mi vida privada, mi vida laboral, mi trabajo, mis reflexiones, son todos públicos. La gente aprende de ver algo bueno que pasa frente a ellos.
Beatriz: ¿Cómo te ves a vos misma?¿Como una arquitecta, como decoradora?
Martha: Nunca diría que soy arquitecta en presencia de Rem, pero sí, ¡sí!
Beatriz: ¿Pensás que la gente convierte sus casas en casas Martha Stewart?
Martha:¡No! Voy a diferentes casas y no me veo en todos lados, para nada.
Beatriz: Pero el público que te sigue tan fielmente, que está interesado en todo lo que hacés, qué hace con tus consejos?
Martha: En vez de empezar con los productos y después tratar de inspirar a la audiencia, tratamos de inspirar primero y de proveer los productos después. Las fuentes de inspiración son la revista y el programa de TV, después vendemos los kits por catálogo. Pero el kit no puede hacerlo por vos. Tratamos de convertir a los soñadores en hacedores.
Rem: ¿Tu rol es defender el último bastión de lo casero?
Martha: No creo que lo casero necesite mucha defensa. Cuando empecé a escribir libros hace 21 años, las mujeres que trabajaban, que se habían olvidado de la casa por un tiempo, ya estaban volviendo a verla como un lugar importante,
Beatriz: ¿Entonces no crees que las mujeres deben dejar de trabajar?
Martha: No. Muchas mujeres se están dando cuenta de que tienen que lograr un balance entre la casa, el trabajo y al familia.
Beatriz: Pienso que sos un modelo para las mujeres modernas. Lo que enseñás es muy necesario. En Estados Unidos mucha gente de la última generación no aprendió de sus madres cómo cocinar, cómo cuidar las plantas ni a coser. Les estás dando una dirección.
Beatriz: ¿Cuáles son los bordes geográficos de tu trabajo?
Martha: No creo que haya ninguno.
Beatriz: ¿Hay algo que no querrías exportar?
Martha: No. El mundo se ha convertido en un lugar más pequeño. Internet hizo posible que cada cultura se relacione con las otras. No hay más secretos, ya nada es sorprendente, y creo que eso es muy valioso.
Rem: ¿Por qué “nada es sorprendente” es algo bueno? ¿No te gustan las sorpresas?
Martha: Me gustan las sorpresas, pero lo que es valioso es la constancia. Todavía tengo que conquistar China, el país más grande del mundo.
Rem: ¿Qué pensás sobre difundir tu mensaje en lugares donde puede causar algún trastorno? ¿O estás pensando, por ejemplo, que también podrías importar de China a Estados Unidos?
Martha: Me fascinan sus soluciones inteligentes para todo. Un amigo chino que trabaja para mi me enseñó cómo hacer que mis gallinas no se picoteen entre ellas: cuelgo un repollo de una cuerda así picotean el repollo en vez de a las otras. Así es cómo aprendo yo! Me encantan las técnicas decorativas de los japoneses, y el equipamiento de los chinos, vamos a ir apropiándonos de todo eso. ¿Viste el número japonés de nuestra revista con el día de San Valentín en la tapa?
Beatriz: ¿Los japoneses celebran el día de San Valentín?
Martha: ¡Ahora sí!
Beatriz: ¿Pensás que el gusto se puede exportar?
Martha: Ya está probado.
Rem: Pero debés estar de acuerdo en que la expansión irrestricta de la civilización norteamericana está empezando a tener resistencia.
Martha: Por supuesto que los norteamericanos somos odiados; pero sobre todo por nuestra política y no por nuestro estilo de vida. No odian la manera en que cocinamos; odian cómo nos comportamos. No puedo hacerme responsable por eso. Todo lo que puedo hacer es ayudar a todos, en todos lados, a vivir un poco mejor.
Rem: ¿Hay algo que pienses que podría inventarse para hacernos más felices?
Martha: Tengo un sueño: una pantalla de computadora que pueda estar en cualquier lugar. Se activaría con la voz; quisiera poder hablar con una pantalla en la heladera, o en la pared. Siempre estoy corriendo, entonces necesito un encendido y apagado automático. No tengo tiempo para sentarme y esperar que la máquina estúpida se prenda. No quiero esperar. El ama de casa no quiere esperar. Quiere ahorrar tiempo. Quiere tiempo para hacer otras cosas.
Rem: ¿Hablaste con alguién sobre todo esto?
Martha: Hablé con Steve Jobs y con el equipo de Bill Gates para desarrollar tecnología para el ama de casa, pero no están interesados. Entonces estoy ahora desarrollando mi propio software para el ama de casa. Te dice qué matiz de cortinas elegir, te da el metraje y el molde. También te dice cuánta agua se usó en tu casa el último agosto, para no tener que ir a buscar la cuenta en papel. Quiero que la empresa de agua y mi seguro me manden todo via computadora. Lo llamo “vivir por sinopsis”
Rem: ¿Y con quién estás trabajando?
Martha: Conmigo!
Martha Stewart: Las casas que más me gustan están completamente llenas y tienen mucha actividad. Los espacios pequeños y confortables me parecen mejores que las grandes casas, que difícilmente se llegan a usar. Por confortable quiero decir lleno de libros y de cosas que la gente usa. En la cocina de mi hermana hay tres computadoras, una máquina de coser, hilos, moldes, animales, el horno y los olores de la comida. Ese es mi tipo de ambiente preferido.
Beatriz Colomina: Entonces, confortable para vos es que esté completo.
Martha: Exacto.
Rem: Mezclar.
Martha: Sí. Por eso me gusta la cocina, que no es sólo para cocinar, es para todo, es el centro del hogar. En mi nueva granja diseñé una casa de tres ambientes: el dormitorio arriba, el estar en el medio y la cocina en la planta baja. Mi nuevo departamento en Nueva York tiene sólo dos ambientes – dos pisos en realidad – pero dos ambientes. La casa de Gordon Bunschaft que estoy refaccionando tiene tres ambientes. Una casa con tres ambientes – eso es todo lo que quiero. Me sienta bien, y encaja con mi estilo de vida.
Rem: Pero ya mencionaste ocho ambientes. Cada casa es pequeña, pero vivís en ocho ambientes.
Martha: ¡Pero Rem, mis casas son mis laboratorios; tengo que tenerlas! Y todas son de diferentes estilos, entonces puedo experimentar el modo de vida moderno en una casa de 1800, una de 1925, una de 1960, y una del 2001. La casa de Bill Gates, por ejemplo, ahora está totalmente superada; la construyó justo antes que apareciera lo inalámbrico. Ya no necesita más esos grandes conductos para cables.
Beatriz: Entonces está envejeciendo más rápido que casas más viejas.
Rem: ¿Qué dirías que ha cambiado en la vida doméstica en los últimos veinte años?
Martha: El gran desafío fue incorporar tecnología en la casa. Es muy difícil cablear una casa antigua.
Rem: Me interesa no sólo la manera en que vivís, si no también porqué tanta gente quiere aprender de vos.
Martha: Estuvimos editando, editando y editando lugares para vivir. Eso es lo que hacemos. Ahora los decoradores famosos dicen: “Queremos el Estilo de Martha!”. Sacamos lo innecesario, lo excesivo, las cortinas pesadas.
Beatriz: Es una especie de simplificación.
Martha: Podés llamarlo simplificación, yo prefiero llamarlo edición.
Beatriz: Lo moderno es la eficiencia que hay.
Martha: Es moderno, pero puede ser de cualquier época. Puede ser sueco del siglo XIX, francés, early american, pero no está desordenado ni lleno ni sobre-decorado. Queremos que cada objeto sea importante. Puedo ir a un cuarto y simplemente sacar cosas.
Rem: Sí, pero el habitar, tradicionalmente, no estaba editado. Y describís la cocina de tu hermana como un prototipo de lugar no editado. Sin embargo sos una gran editora y muy exitosa.
Martha: La gente se da cuenta que dentro de ese espacio editado puede haber vida. Los cuartos que aparecen en mi programa de televisión no parecen vacíos, siempre hay gente o signos de gente. Construimos los sets como habitaciones de verdad, con animales de verdad, plantas de verdad, y cuando abrís una canilla hay agua. Las escenografías funcionan, son copias ampliadas de los lugares donde vivo.
Rem: ¿Cómo se altera tu privacidad cuando tus publicaciones muestran algunos de tus espacios más privados?
Martha: Mi vida privada, mi vida laboral, mi trabajo, mis reflexiones, son todos públicos. La gente aprende de ver algo bueno que pasa frente a ellos.
Beatriz: ¿Cómo te ves a vos misma?¿Como una arquitecta, como decoradora?
Martha: Nunca diría que soy arquitecta en presencia de Rem, pero sí, ¡sí!
Beatriz: ¿Pensás que la gente convierte sus casas en casas Martha Stewart?
Martha:¡No! Voy a diferentes casas y no me veo en todos lados, para nada.
Beatriz: Pero el público que te sigue tan fielmente, que está interesado en todo lo que hacés, qué hace con tus consejos?
Martha: En vez de empezar con los productos y después tratar de inspirar a la audiencia, tratamos de inspirar primero y de proveer los productos después. Las fuentes de inspiración son la revista y el programa de TV, después vendemos los kits por catálogo. Pero el kit no puede hacerlo por vos. Tratamos de convertir a los soñadores en hacedores.
Rem: ¿Tu rol es defender el último bastión de lo casero?
Martha: No creo que lo casero necesite mucha defensa. Cuando empecé a escribir libros hace 21 años, las mujeres que trabajaban, que se habían olvidado de la casa por un tiempo, ya estaban volviendo a verla como un lugar importante,
Beatriz: ¿Entonces no crees que las mujeres deben dejar de trabajar?
Martha: No. Muchas mujeres se están dando cuenta de que tienen que lograr un balance entre la casa, el trabajo y al familia.
Beatriz: Pienso que sos un modelo para las mujeres modernas. Lo que enseñás es muy necesario. En Estados Unidos mucha gente de la última generación no aprendió de sus madres cómo cocinar, cómo cuidar las plantas ni a coser. Les estás dando una dirección.
Beatriz: ¿Cuáles son los bordes geográficos de tu trabajo?
Martha: No creo que haya ninguno.
Beatriz: ¿Hay algo que no querrías exportar?
Martha: No. El mundo se ha convertido en un lugar más pequeño. Internet hizo posible que cada cultura se relacione con las otras. No hay más secretos, ya nada es sorprendente, y creo que eso es muy valioso.
Rem: ¿Por qué “nada es sorprendente” es algo bueno? ¿No te gustan las sorpresas?
Martha: Me gustan las sorpresas, pero lo que es valioso es la constancia. Todavía tengo que conquistar China, el país más grande del mundo.
Rem: ¿Qué pensás sobre difundir tu mensaje en lugares donde puede causar algún trastorno? ¿O estás pensando, por ejemplo, que también podrías importar de China a Estados Unidos?
Martha: Me fascinan sus soluciones inteligentes para todo. Un amigo chino que trabaja para mi me enseñó cómo hacer que mis gallinas no se picoteen entre ellas: cuelgo un repollo de una cuerda así picotean el repollo en vez de a las otras. Así es cómo aprendo yo! Me encantan las técnicas decorativas de los japoneses, y el equipamiento de los chinos, vamos a ir apropiándonos de todo eso. ¿Viste el número japonés de nuestra revista con el día de San Valentín en la tapa?
Beatriz: ¿Los japoneses celebran el día de San Valentín?
Martha: ¡Ahora sí!
Beatriz: ¿Pensás que el gusto se puede exportar?
Martha: Ya está probado.
Rem: Pero debés estar de acuerdo en que la expansión irrestricta de la civilización norteamericana está empezando a tener resistencia.
Martha: Por supuesto que los norteamericanos somos odiados; pero sobre todo por nuestra política y no por nuestro estilo de vida. No odian la manera en que cocinamos; odian cómo nos comportamos. No puedo hacerme responsable por eso. Todo lo que puedo hacer es ayudar a todos, en todos lados, a vivir un poco mejor.
Rem: ¿Hay algo que pienses que podría inventarse para hacernos más felices?
Martha: Tengo un sueño: una pantalla de computadora que pueda estar en cualquier lugar. Se activaría con la voz; quisiera poder hablar con una pantalla en la heladera, o en la pared. Siempre estoy corriendo, entonces necesito un encendido y apagado automático. No tengo tiempo para sentarme y esperar que la máquina estúpida se prenda. No quiero esperar. El ama de casa no quiere esperar. Quiere ahorrar tiempo. Quiere tiempo para hacer otras cosas.
Rem: ¿Hablaste con alguién sobre todo esto?
Martha: Hablé con Steve Jobs y con el equipo de Bill Gates para desarrollar tecnología para el ama de casa, pero no están interesados. Entonces estoy ahora desarrollando mi propio software para el ama de casa. Te dice qué matiz de cortinas elegir, te da el metraje y el molde. También te dice cuánta agua se usó en tu casa el último agosto, para no tener que ir a buscar la cuenta en papel. Quiero que la empresa de agua y mi seguro me manden todo via computadora. Lo llamo “vivir por sinopsis”
Rem: ¿Y con quién estás trabajando?
Martha: Conmigo!
¿Porqué el arquitecto más mediático del momento y una crítica de arquitectura invitan como interlocutora a una mujer que se hizo famosa en la TV dando consejos para el hogar? La gran expresión del espíritu Martha Stewart es el Catalog for Living, una especie de enciclopedia del “cómo hacer” para el hogar: decoración, cocina, fiestas de casamiento, artesanías, etc. Cada aspecto de la vida doméstica está estudiado y en el Catálogo se enseña cómo desenvolverse con estilo en toda situación. El Catálogo se difunde en la televisión, en un sitio de Internet, en revistas y en libros de la editorial de Martha Stewart Living Omnimedia. Actualmente Martha Stewart está cumpliendo una condena acusada de haber mentido en la investigación sobre una venta de acciones. El proceso tuvo un tono ejemplar, el gobierno aprovechó la publicidad de esta figura pública para prevenir a todos los norteamericanos que en el mundo de las finanzas la ley también existe, y Martha Stewart sigue enseñando hasta a pesar suyo. Cuando le preguntan si se llamaría arquitecta a si misma contesta si, si, si. Koolhaas duplica la apuesta y se anima a hablar del Martha Stewart Urbanism. ¿Qué alcance tienen sus lecciones en la TV y los productos para el hogar que vende a través de la web?
Para Martha Stewart la casa es el escenario donde pasa todo, desde donde se transmiten los programas de TV, se sacan las fotos para las revistas y se cuela la vida doméstica. Sus propias casas son los estudios de televisión que usa para mostrar las tendencias en decoración o para probar recetas frente a las cámaras, son como campos de operaciones donde se crean ambientes uno sobre el otro, una máquina de producir espacialidad. La casa se multiplica, se desproporciona, explota y se desborda en la pantalla del televisor; lo doméstico invade el espacio público. El gusto y los productos de Martha Stewart se desparraman en los hogares de los televidentes. Montó una marca que despacha envíos a todo el mundo, y que poco a poco va editando la forma de vivir de sus seguidores. Sus canales de difusión son la TV, la Web y la red de distribución de revistas, o sea medios híper efectivos para llegar a grandes masas de personas en casi cualquier parte del mundo. Martha Stewart entiende bien cómo funcionan las redes más de vanguardia y más ágiles del momento, ligadas a la publicidad y al comercio, y las convierte en sus herramientas. Las ingenieras domésticas norteamericanas en el siglo XIX fueron sus precursoras en ver que nuevas tecnologías, en principio sin relación con la casa, podían reinterpretarse para operar dentro de ella. A finales de 1800 la casa tradicional estaba muy atrasada en cuestiones prácticas como ventilación, calefacción, iluminación. Para las mujeres la tecnificación apareció como una respuesta para corregir estas falencias, y gracias a su visión muchos avances de la industria se trasladaron a la casa, que era un ámbito que había quedado fuera de la atención de los ingenieros. Los arquitectos tampoco se habían mostrado muy curiosos con lo que estaba pasando dentro de las fábricas, ni pudieron ver las posibilidades que podía tener para su profesión. Diferentes autoras publicaron libros de economía doméstica, que se ocupaban tanto de la racionalización del funcionamiento de la casa como de la higiene personal o el cuidado de los hijos. En gran parte la forma del uso actual de la arquitectura se debe a innovaciones que surgieron en ese momento impulsadas por las propuestas prácticas de estas mujeres.
La acción urbana de Martha Stewart consiste en participar activamente en las condiciones en que habita muchísima gente que consume sus consejos hogareños y su estilo de decoración, desde Estados Unidos hasta China. Las casas son los puntos terminales de una red de intercambio de buenas ideas y de bienes, son los decantadores en donde se aplica la información que circula a través de esta trama que distribuye gusto y estilo.
Es sorprendente este uso de las tecnologías de la comunicación porque son un canal nuevo y no obvio para el urbanismo, que permite la disolución de sus límites aparentes: local, público y profesional. El límite físico de lo urbano dejó de ser necesariamente el perímetro de una ciudad, la densidad de una situación urbana puede darse en intercambios o relaciones entre personas que no viven en el mismo lugar, mientras tengan las posibilidades técnicas para estar en contacto. Las redes de las que venimos hablando entran en los hogares donde afectan los hábitos de la audiencia. Así Martha logra que un buen número de niños crezca en el dormitorio versátil que sus padres encontraron en www.marthastewart.com y que otra cantidad de parejas celebre su casamiento en una tienda de alquiler sobre una cancha de tenis. Pero la invisibilidad de estas influencias y su materialización en el contexto doméstico las libra de toda sospecha de estar interviniendo en el ambiente urbano, aunque el mensaje de Martha Stewart, ayudado por su habilidad comercial, tiene efectos espaciales tangibles y de una precisión sorprendente.
Comentario a la entrevista de Rem Koolhaas y Beatriz Colomina a Martha Stewart / Sofía Picozzi
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Para Martha Stewart la casa es el escenario donde pasa todo, desde donde se transmiten los programas de TV, se sacan las fotos para las revistas y se cuela la vida doméstica. Sus propias casas son los estudios de televisión que usa para mostrar las tendencias en decoración o para probar recetas frente a las cámaras, son como campos de operaciones donde se crean ambientes uno sobre el otro, una máquina de producir espacialidad. La casa se multiplica, se desproporciona, explota y se desborda en la pantalla del televisor; lo doméstico invade el espacio público. El gusto y los productos de Martha Stewart se desparraman en los hogares de los televidentes. Montó una marca que despacha envíos a todo el mundo, y que poco a poco va editando la forma de vivir de sus seguidores. Sus canales de difusión son la TV, la Web y la red de distribución de revistas, o sea medios híper efectivos para llegar a grandes masas de personas en casi cualquier parte del mundo. Martha Stewart entiende bien cómo funcionan las redes más de vanguardia y más ágiles del momento, ligadas a la publicidad y al comercio, y las convierte en sus herramientas. Las ingenieras domésticas norteamericanas en el siglo XIX fueron sus precursoras en ver que nuevas tecnologías, en principio sin relación con la casa, podían reinterpretarse para operar dentro de ella. A finales de 1800 la casa tradicional estaba muy atrasada en cuestiones prácticas como ventilación, calefacción, iluminación. Para las mujeres la tecnificación apareció como una respuesta para corregir estas falencias, y gracias a su visión muchos avances de la industria se trasladaron a la casa, que era un ámbito que había quedado fuera de la atención de los ingenieros. Los arquitectos tampoco se habían mostrado muy curiosos con lo que estaba pasando dentro de las fábricas, ni pudieron ver las posibilidades que podía tener para su profesión. Diferentes autoras publicaron libros de economía doméstica, que se ocupaban tanto de la racionalización del funcionamiento de la casa como de la higiene personal o el cuidado de los hijos. En gran parte la forma del uso actual de la arquitectura se debe a innovaciones que surgieron en ese momento impulsadas por las propuestas prácticas de estas mujeres.
La acción urbana de Martha Stewart consiste en participar activamente en las condiciones en que habita muchísima gente que consume sus consejos hogareños y su estilo de decoración, desde Estados Unidos hasta China. Las casas son los puntos terminales de una red de intercambio de buenas ideas y de bienes, son los decantadores en donde se aplica la información que circula a través de esta trama que distribuye gusto y estilo.
Es sorprendente este uso de las tecnologías de la comunicación porque son un canal nuevo y no obvio para el urbanismo, que permite la disolución de sus límites aparentes: local, público y profesional. El límite físico de lo urbano dejó de ser necesariamente el perímetro de una ciudad, la densidad de una situación urbana puede darse en intercambios o relaciones entre personas que no viven en el mismo lugar, mientras tengan las posibilidades técnicas para estar en contacto. Las redes de las que venimos hablando entran en los hogares donde afectan los hábitos de la audiencia. Así Martha logra que un buen número de niños crezca en el dormitorio versátil que sus padres encontraron en www.marthastewart.com y que otra cantidad de parejas celebre su casamiento en una tienda de alquiler sobre una cancha de tenis. Pero la invisibilidad de estas influencias y su materialización en el contexto doméstico las libra de toda sospecha de estar interviniendo en el ambiente urbano, aunque el mensaje de Martha Stewart, ayudado por su habilidad comercial, tiene efectos espaciales tangibles y de una precisión sorprendente.
Comentario a la entrevista de Rem Koolhaas y Beatriz Colomina a Martha Stewart / Sofía Picozzi
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Jose Llano
Arquitecto, Diseñador de Delitos & Coreografo del Deseo
editor aparienciapublica
www.aparienciapublica.org
http://aparienciapublica
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AMERICA has a rest, where you want to be
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