MAPA
A modo de notación interpretativa / DISPOSITIVO CONTEMPORANEO
¿Por qué cartografiar? ¿La representación, realidad o invención?
¿Es posible construir mapas que nos hablen de las muchas ciudades no visibles que conviven en las nuestras, mapas que nos hablen por ejemplo de la vida cotidiana que desarrollamos, de los itinerarios y recorridos, de los eventos urbanos, de aquello que no sólo está estático, de lo que no está lleno, de lo que sucede en simultáneo, de lo hibrido, de lo que está al margen, de lo que no es central, de todo aquello que está soterrado en los rincones físicos y temporales de las urbes a las que pertenecemos?.
Las escrituras desde los fragmentos urbanos, como lo vimos anteriormente requieren de un sistema de notación interpretativa, como lo hemos hablado, los dispositivos proponen una mirada basada en las relaciones inmateriales de las practicas pero evidenciadas en la huella del sujeto urbano y anunciadas por un tipo de lenguaje representacional de los limites, márgenes y situaciones exploratorias de situaciones de territorios, de procesos e inscripciones materiales. Ahora este tipo de escritura instrumental que permite no solo complementar las visiones de una escala sino que permite accionar interiormente diversos espacios de apropiación y de organización del imaginario o de un tipo de recolección material, que cualifica el ocaso, el abandono y el desamparo del espectador frente a la realidad urbana, nos permite evidenciar sobre las claves interpretativas de nuestra contextualidad y a su vez sobre el marco de acción desde donde nos permitimos trabajar. De esta forma un dispositivo sobre el cual nos permitimos reflexionar es el MAPA, a modo de notación interpretiva:
Estos mapas que trabajan con elementos imaginarios y con elementos ocultos, y que tienen que ver con el cielo, que esta sobre nosotros y con lo que está debajo de la tierra. Tiene que ver de alguna manera, el mapa, con la Utopía, con la visión que uno tiene del futuro, y tiene que ver con el miedo, con los problemas que uno ve en el presente. Se puede decir tiene que ver con las estrellas y con la muerte. Es importante tener esto en cuenta porque cuando se introducen estos elementos en un mapa se introduce una comunicación muy rica, porque se trata de compartir la utopía, que es realmente el lugar a donde quieres llegar, y que ya no es un lugar en la superficie de la tierra sino que es la manera en la que el mundo va a evolucionar, el lugar donde nos encontraremos el año que viene, o dentro de cinco, de diez años. Eso es lo que buscamos, miramos las estrellas tratando de decidir nuestro destino. Y todo esto está, de hecho, inscrito en un mapa, en la manera cómo se usan los colores, las figuras, en cómo se hacen los iconos. Y cada uno va a llenar el mapa con toda clase de utopías, pero también con todo tipo de miedos, en diferentes intentos de comunicar lo que no vemos. Toda la cartografía del Estrecho trata de representar lo que no vemos, por ejemplo la militarización del territorio, o la capacidad de colaboración de las multitudes.
Estos paisajes de momentos, anunciados desde los MAPAS son una elaboración de la acción productiva del hombre sobre su experiencia, son capaces de provocar un ritmo sensible que transforma la intuición intima en un intelecto crítico.
En esta determinada realidad radica su hacer5 (su ser y haber de la arquitectura, arte, critica y visión material), un hacer que no se encuentra en las abstracciones espacio-medida-función, sino en la obra, en la problematización de la naturaleza de las cosas (materia-materialización-programa), las cuales construyen relaciones de trayectoria y de figuras, que son arrojadas, unas sobre otras mediante una operación de encuentro y de enlace6, donde la formalidad del de suyo7, de lo aprehendido, de lo propio, de la realidad que es acción y que se hace acto, levanta un sitio de entrelazamiento y que es clave para un paisaje de prácticas sociales como objeto de concebir.
la casa como una ciudad, la ciudad como una geografía8.
Las cartografías no son procesos de descripción y de constatación, y tampoco de lectura práctica sino de búsqueda, de investigación dejando en claro, que la elaboración de los trazos, no son una lectura de datos, sino una caja de herramientas, entre las lecturas históricas, entre sus quiebres, microfisuras y los sujetos sociales. De esta manera, la notación interpretativa, de operatoria diferida, sobre la presencia – no es al mito o a la narrativa que traslada a la presencia a modo de vehiculo, como la metáfora - sino que el efecto, es un proceso que la operacionaliza, y la pone en conflicto con la alteridad y sin recursos alegóricos.
¿Acaso los instrumentos que permiten instalar el objeto arquitectónico no pueden re-presentar a la naturaleza cualitativa de las cosas?
Los lugares, los usuarios, el territorio son moradores en tránsito, entonces ¿por que en lugar de camuflar mi residencia en un circulo de tiza eventual y efímero, no lo transformo en una travesía?
5 Morales, José Ricardo. Arquitectónica, Ed. De
6 Torrent, Horacio. Arquitectura Reciente En Chile. Lógicas Proyectuales. Ed. ARQ., Santiago De Chile 2001.
7 Zubiri, Xavier. Inteligencia Sentiente. Ed. Alianza, Madrid 1981
8 Bru, Eduard. Coming From The South. Ed Actar, Barcelona 2001. pp. 4.
Jose Llano
Arquitecto, Diseñador de Delitos & Coreografo del Deseo
editor aparienciapublica
www.aparienciapublica.org
http://aparienciapublica
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AMERICA has a rest, where you want to be
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