jueves, diciembre 13, 2007

[AP] LA LABOR DEL ARQUITECTO


LA LABOR DEL ARQUITECTO
NO ES PINTAR EL MUNDO, SINO LA DE UN MÉDICO QUE CURA

Una conferencia en torno a “La arquitectura que viene. Iconos del siglo XXI”. Ése era el planteamiento inicial con el que el profesor y escritor Luis Fernández-Galiano acudió, el pasado martes, a la llamada del IV Foro Cívico. Pero el arquitecto proyectó una charla diferente, más apegada al urbanismo y al propio título del Foro, “Ciudad, ciudadanía y virtudes cívicas”, porque, según explicó «ésa es la esencia de nuestro trabajo y se habla poco de ella».

Muchas veces, las imágenes hablan por sí mismas. Fernández-Galiano escogió 160 -algunas de ellas no pudieron ser vistas por problemas técnicos- para mostrar al auditorio santanderino hacia dónde camina la arquitectura «en tiempos de caos y confusión».

En este sentido, criticó las posturas sólo esteticistas porque «el caos puede tener una expresión dramática y no se debe adornar». Una tendencia que, según apuntó el profesor de la Escuela de Arquitectura de Madrid, es seguida a pies juntillas por la moda y la disciplina en que es experto llegando a conformar la confusión como un elemento «definitorio de esta época». Así, reivindicó que la labor de los arquitectos «no es la de pintores del mundo, sino la de médicos. Se nos pide que curemos, no que representemos».

En su conferencia en la jornada inaugural del IV Foro Cívico, el también crítico de arquitectura de El País trazó, a través de sus diapositivas, la historia del urbanismo. Desde la Torre de Babel a la «colonización del territorio» por las ciudades jardín, la última de las tendencias en construcción o «infección vírica multiplicada de manera perversa», como la calificó en su ponencia.

LA BABEL HORIZONTAL
Esta última forma del urbanismo, una suerte de “Babel horizontal”, tiene asociada una serie de consecuencias negativas que no le han pasado desapercibidas a Fernández-Galiano. Por un lado, su proliferación choca frontalmente con el consumo de petróleo y agua, dos bienes imprescindibles y limitados. Por otro, la trasformación del territorio, que trae consigo la de la vida pública.

En ese contexto, Fernández-Galiano llamó la atención sobre la desaparición de las plazas públicas y su sustitución por centros comerciales como «núcleos físicos de la condición urbana contemporánea». Contra lo que se podría pensar a priori, esta modalidad de construcción no se limita a Estados Unidos sino que rompe fronteras e «invade el mundo con una especie nueva que es diferente a la ciudad y al urbanismo», sentenció el ponente. Una tesis que defendió con imágenes tomadas, por ejemplo, en el muro que divide los asentamientos palestinos e israelíes. De un lado se ve la ciudad tradicional palestina, del otro la ciudad jardín israelí.

En este contexto favorable a la generación de más «paisajes de la desolación», Luis Fernández-Galiano criticó que «la arquitectura no mantiene un diálogo inteligente y se concentra en sus propios intereses». Así, su viaje a través de las imágenes y la historia del urbanismo acabó donde empezó, con la fotografía de “El museo imaginario” de André Malraux, una llamada a la imaginación en un intento por integrar arquitectura y ciudad.


Jose Llano
Arquitecto, Diseñador de Delitos & Coreografo del Deseo
editor aparienciapublica
www.aparienciapublica.org
http://aparienciapublica.blogspot.com

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