Aporte a la contundente reflexión de Lorenzo Brugnoli en este Blog.
¿Cómo surge una obra de arquitectura? El hombre produce, la naturaleza crea. Un producto puede ser reproducido en forma exacta, una creación es única. El hombre trabaja, la naturaleza engendra.
El hombre produce al menos tres realidades: realidades mentales (órdenes), realidades físicas (objetos) y realidades sociales (relaciones).
Una obra de arquitectura existe en estas tres realidades y quizás otras espirituales o cosmológicas, pero afecta primigéniamente la voluntad de quien la vive, la voluntad del cuerpo en movimiento que la recorre, incluso cuando aparentemente se encuentre inmóvil.
La obra surge de la voluntad del hombre, es un hecho artificial.
No es posible realizar una obra sin un proyecto.
Comprender un lugar real es proyectarlo hacia un lugar imaginario. El proyecto puro surge en una realidad imaginaria, alterna.
El proyecto no es reducible al diseño de una obra. El proyecto es abstracto por naturaleza.
No es posible realizar un proyecto de diseño sin proyectar la realidad completa, en su existencia y no existencia.
Pareciera que la obra aparece siempre en el momento que debía aparecer, y no en otro. La obra surge de manera intempestiva. Surge en la imaginación como proyecto, como modelo de la realidad.
Qué curioso desplazamiento: de la realidad, de la experiencia, debe llegar hasta la mas tortuosa abstracción, el número, y solo para volver a tocar esa realidad nuevamente.
¿Cómo surge una obra de arquitectura? El hombre produce, la naturaleza crea. Un producto puede ser reproducido en forma exacta, una creación es única. El hombre trabaja, la naturaleza engendra.
El hombre produce al menos tres realidades: realidades mentales (órdenes), realidades físicas (objetos) y realidades sociales (relaciones).
Una obra de arquitectura existe en estas tres realidades y quizás otras espirituales o cosmológicas, pero afecta primigéniamente la voluntad de quien la vive, la voluntad del cuerpo en movimiento que la recorre, incluso cuando aparentemente se encuentre inmóvil.
La obra surge de la voluntad del hombre, es un hecho artificial.
No es posible realizar una obra sin un proyecto.
Comprender un lugar real es proyectarlo hacia un lugar imaginario. El proyecto puro surge en una realidad imaginaria, alterna.
El proyecto no es reducible al diseño de una obra. El proyecto es abstracto por naturaleza.
No es posible realizar un proyecto de diseño sin proyectar la realidad completa, en su existencia y no existencia.
Pareciera que la obra aparece siempre en el momento que debía aparecer, y no en otro. La obra surge de manera intempestiva. Surge en la imaginación como proyecto, como modelo de la realidad.
Qué curioso desplazamiento: de la realidad, de la experiencia, debe llegar hasta la mas tortuosa abstracción, el número, y solo para volver a tocar esa realidad nuevamente.
Patricio De Stefani C.
logística aparienciapublica
www.aparienciapublica.org
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